“Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas; y en cuanto que son ciertas, no tienen nada que ver con la realidad.”
Albert Einstein (1879-1955) Físico alemán
Mi vida de docente 1985-2020
En el año 2020 me jubilé en el colegio Trajano de Mérida, donde trabajé durante 25 años.
Quién me iba a decir que me tocaría despedirme de mi colegio, quedando preparado un plan
de contingencia, para afrontar de manera adecuada y efectiva, los riesgos generados por la
pandemia de COVID y recibir el homenaje, por parte de la comunidad educativa, a través de un
programa de radio en la emisora del colegio, que me llenó de emoción oyendo las
felicitaciones de niños y niñas.
En estos años no he escatimado ni tiempo ni esfuerzo, mi gran ilusión siempre ha sido que el
colegio funcionara bien, luchar por una educación académica y en valores de calidad.
También he intentado contagiar un sentimiento de familia, con la intención de que los
niños/as se sintieran felices, motivados y acompañados.
Me tocó abrir nuevos caminos que hoy se ven con normalidad, el camino de la innovación
nunca es fácil, porque supone salir de la zona de confort, he dedicado mucho tiempo al uso de
las nuevas tecnologías, para conseguir una buena dotación tecnológica. También a los planes
de centro, proyectos, las comunicaciones con las familias, los consejos escolares, claustros, las
reuniones y tantas actividades que suponen esfuerzo y entrega en cualquier equipo directivo,
pero que pasa desapercibido para el resto.
Pero esto nunca hubiera sido posible sin las personas que te rodean, por eso tengo que dar las
gracias a todos/as mis compañeros/as, docentes y no docentes, los que coincidían conmigo y
los que discrepaban, Y a los que nos dejaron, que siguen presentes en mis recuerdos y que
nunca olvidaré. A todos les debo su apoyo, el tiempo que me tocó dirigir el colegio, les debo su
confianza en los momentos difíciles, que también los hubo y sobre todo su cercanía y empatía.
No puedo olvidar, a los compañeros donde ejercí esta noble profesión de docente, en Las
Palmas de Gran Canaria en el colegio Santa Bárbara, en Fuerteventura en el colegio Puerto del
Rosario, en Castuera en el colegio Pedro de Valdivia y el colegio María Josefa Rubio de
Esparragalejo, de todos ellos conservo buenos amigos.
Agradecer a todas las familias, el cariño que me han mostrado y agradecer a Dios, el tiempo
que he vivido en este colegio y que me ha permitido crecer como persona.
Gracias a mi familia, porque ellos han sufrido mi enorme dedicación al colegio, mostrándome
siempre su apoyo. Ahora en esta etapa de jubilación, espero compensar de alguna manera el
tiempo que no les he dedicado, sobre todo, ahora que puedo disfrutar de mi nieto, que nos ha
llenado de ilusión.
Siento y sentiré siempre el colegio Trajano, como mi propia casa y seguiré colaborando, en
todo lo que pueda, mientras la salud me lo permita.
Durante estos años, me he entregado con todas mis fuerzas y creatividad, pero sobre todo
intentando hacer mi trabajo con CORAZÓN