“La mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella.”
José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo y escritor español
Sería imposible resumir en pocas palabras mi vida como maestro, ya que empecé con 18 años, ya con oposición, y he prolongado mi actividad hasta los 70, lo que hace un total de 51 años, 11 meses y 15 días de servicio. Sin lugar a dudas una vida laboral muy difícil de superar.
¡Qué diferencia cuando comencé en 1.964 con la enseñanza de ahora! Recuerdo que mi primer curso era con niños, había separación de sexos, de 13-14 años, algunos más grandes que yo. Aquellas escuelas viejas con todas las carencias que uno pueda pensar no tienen nada que ver con las actuales. Como ejemplo cuando se rompía un cristal, y daban al patio, con lo que era bastante frecuente, pues había que colocar un mapa que a veces hacía de cristal 2 ó 3 meses hasta que el ayuntamiento lo reponía. ¿Y la calefacción? Pues ninguna os podéis suponer el frío que allí se pasaba. Y ahora estás un día sin calefacción y ya empiezan las movilizaciones.
Recuerdo que antes de empezar a ejercer había que sacar en Badajoz un certificado de no padecer enfermedad infecto-contagiosa, y por supuesto acatar las leyes del Movimiento Nacional, vamos las de Franco. Y cuando había algún acto, por ejemplo el 20 de noviembre el aniversario de la muerte del fundador de la Falange pues el día antes recibías una notificación del alcalde para que a las 7 de la mañana fueras a la Misa que le decían, y al salir pues a cantar el Cara al Sol. Y cualquiera no iba.
Y anécdotas pues 52 años dan para mucho. Así por encima la primera que me sucedió, como las puertas no cerraban pues había que poner una piedra grande para que no se abriera. La primera vez que recibí la visita de la inspección la inspectora de turno al empujar la puerta e ir a entrar tropezó en la piedra y se cayó, podéis figuraros los niños y yo riéndonos. La ayudé a levantarse y cuando me dijo que era la inspectora me quedé petrificado, no sabía dónde meterme. Menos mal que no se lo tomó mal. Y después cada vez que volvía comentábamos el incidente, bueno ella no yo.
He tenido como alumnos, hasta tres generaciones, niños, padres e incluso abuelos. He tenido que adaptarme a todos los cambios que se han ido presentando, así durante un años entero estuve asistiendo en Badajoz a un curso para capacitarme en lo que llamaban Matemática Moderna, sí, aquella de los conjuntos.
En estos 52 años he pasado por todos los cargos del Colegio, bueno mis primeros nombramientos hablaban de escuela unitaria, así he sido secretario, jefe de estudios y he estado 18 años de director. Y para remate hace dos años tuve que ir casi 2 meses diariamente a Badajoz como presidente de la Mesa para las elecciones sindicales. Lógico ya que era por edad o antigüedad.
Pero a pesar de todo he disfrutado plenamente de mi profesión como MAESTRO que es como siempre me ha gustado que nos llamaran. He querido, he defendido y he dedicado toda mi vida a la profesión que creo es la más bonita que existe porque de alguna manera estás formando parte del desarrollo y el bienestar de las personas.
Ahora, en el adiós, solo pido años que ya sabré yo llenarlos de vida.
EUGENIO GONZÁLEZ TORNOS