“Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.”
Albert Einstein (1879-1955) Físico alemán
En 1987, al poco de acabar la carrera llegué al Colegio Arias Montano de Fregenal de la Sierra, con mi nombramiento de funcionaria interina por inglés. El director me dijo que tenía un sitio “estupendo para mi”, en Educación Infantil Y allí me encontré yo, por primera vez en mi vida, delante de 25 niños y niñas de cuatro años y sin tener ni idea de educación infantil. Pero no hubo problemas porque el equipo de infantil que funcionaba de maravilla vino en mi ayuda rápidamente. ¡Cuánto aprendí allí! En infantil estuve dos cursos muy feliz. Más tarde estuve enseñando inglés en el ciclo superior, 6º, 7º y 8º durante varios años.
Después, con mi llegada al Romero Muñoz de los Santos de Maimona me encontré con grandes maestras y maestros. En el Romero pasé la parte más larga y productiva de mi vida profesional. Fue un tiempo muy feliz. El colegio me permitió conocer el pueblo, las familias y participar en muchos proyectos muy interesantes Aula Feliz, Ecocentros y el Huerto Escolar, la Biblioteca, las Escuelas Viajeras, los Programas Proa y Rema, los Proyectos Europeos Comenius.
Y en el centro de todo esto estaba siempre “aprender más para enseñar mejor a los niños”. Un montón de santeños/as a los que enseñé un poco de inglés y que eran el porqué de cualquier curso que hacía. La formación Permanente de la UNED me permitió hacer Pedagogía y algo de Psicología.
En la EOI aprendí Inglés, Portugués y un poco de Francés. Los cursos y seminarios en los CPR y las Escuelas de Verano de la
Menéndez Pidal servían para innovar y para que mis alumnos aprendieran divirtiéndose.
Finalmente llegué al Colegio Manuel Marín de Zafra. Y allí he estado los últimos siete cursos escolares-pandemia incluida. He trabajado muy bien en este colegio. Confieso que fue un cambio radical que pensé mucho. Debía pasar de ser especialista a tutora de primaria en un centro nuevo de otro pueblo. Era volver a empezar; moverme de la zona de confort, pero valió la pena. El Manuel Marín es un colegio estupendo con grandes profesionales de la educación y donde he dejado amigos.
Me gustaría terminar con una cita de un poema de Eduardo Galeano que dice que el mundo es un montón de gente, un mar de fueguitos.
“Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”
Quiero pensar que las maestras y maestros somos de estos últimos y que hemos sembrado, inspirado, contagiado, prendido la ilusión y el amor por aprender y ser en nuestros alumnos/as…