En mi caso, mi profesión siempre fue vocacional, quise ser maestro y no otra cosa.
Mi vida laboral comenzó siendo muy joven, 21 años, con experiencia cero pero con una mochila llena de proyectos e ilusiones.
Mi primer destino lo tuve antes de irme al servicio militar. Pero cuando me enfrente con la realidad educativa fue en Hoyos; donde quiero hacer una mención especial de los compañeros que encontré curtidos en su profesión, que me protegieron de mi inexperiencia y supieron valorar mis ilusiones.
Mi verdadera prueba de fuego fue en un pueblo de Las Hurdes (Aldehuela) una escuela unitaria con 30 niños y yo con tan solo 24 años.
Esta experiencia me aportó serenidad, confianza, me enseñó a solucionar los problemas sin la ayuda exterior y a vivir una realidad social que hasta ese momento desconocía.
Y por último mi etapa más larga en educación ha sido en Calzadilla, donde he permanecido durante 34 años; por donde han pasado varias generaciones y donde he trabajado primero con los padres y después sus hijos.
Para mí la escuela rural siempre me ha supuesto una implicación en su desarrollo social, cultural e incluso económico.
Creo que mi experiencia en Calzadilla ha sido la de un maestro de pueblo, de lo cual me siento muy orgulloso; ya que me han hecho partícipe de su desarrollo, de sus vivencias y de sus inquietudes a lo largo de todos estos años.
Yo les he ayudado en todo lo que estaba en mis manos, pero también tengo que reconocer que me he sentido siempre arropado y querido tanto por los padres como por los alumnos.
Esta relación conseguida durante tantos años me hace sentir las vivencias de mi pueblo como algo mío; sus logros en educación, sus inquietudes sociales, sus conquistas en lo laboral y profesional a lo largo de los años; porque ellos me han hecho siempre partícipe de todo lo que les sucedía.
En estas pocas palabras quiero agradecerles la confianza depositada en mí.
Estoy orgulloso y quiero seguir siendo siempre el maestro de Calzadilla.
Comencé mi trabajo con la simple ayuda de una tiza y lo he terminado con la gran ayuda de las nuevas tecnologías, que han supuesto en nuestra generación un avance importantísimo. el concepto de nuestro trabajo se ha modificado pero siempre permanecerá la figura del maestro como guía, ayuda, orientador, apoyo y descubridor del mundo. nuestra tarea es la más importante en el desarrollo de la sociedad, valorémoslo entregando siempre nuestro mejor hacer.
Para finalizar quiero decir que ser maestro es tan importante y de tanta responsabilidad que me gustaría sugerir a mis colegas más jóvenes que tenemos en nuestras manos algo tan valioso como es el futuro; que de su trabajo y de su dedicación dependerán los valores de la nueva sociedad que les tocará vivir .
Gracias por todo