“Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá esa sea la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen.”
Henry Ford (1863–1947) Empresario EEUU
Hay algo fundamental que ha estado, está y estará siempre presente en la Educación:
el valor y el papel de acompañamiento y guía del docente. En la escuela de antes y de
ahora se nos pidió y se nos pide estar al lado de los chicos y chicas que comparten el
aula con nosotros, mirarnos, sentirnos cerca, respirarnos y crear vínculos, no soltando
palabras sino entregándolas... Y a esto hemos dedicado estos años de profesión
educadora: a educar miradas, a crear estímulos de aprendizaje y guiar a tantos y tantos
niños y niñas con nuestros gestos, con nuestras palabras y con la mirada; a contemplar
y compartir ilusiones, ideas, valores, palabras, lecturas, números, historias... con la
mejor intención de crear vínculos y futuro.
La vida nos ofreció a los maestros la oportunidad de dedicarnos a esta tarea de educar,
una de las más enriquecedoras y gratificantes de las que disfrutar. La profesión que
enseña las letras con las que formar palabras y con las que introducirnos en fantásticas
historias y lecturas; donde se descubre el misterio de los números que dando, suman y
quitando, restan, que con suerte, multiplican y si te descuidas, dividen; donde se hace
ver la realidad del pajarillo que nace de un huevo o de la cereza que anteriormente fue
flor; donde se enseña a estar, a reír, a compartir, a crear hábitos, a querer aprender
más... a mirar las palabras y respirarlas, a mirar la vida y descubrirla. Esta profesión en
la que se acompaña, se guía y se comparten sonrisas, ilusiones, sueños y deseos; la
profesión de las historias, de los descubrimientos, de los asombros, de las creaciones y
contemplaciones, de las emociones. La profesión de la siembra, de la aventura, de la
conquista, de los sentimientos, de los sueños hechos realidad...
Qué suerte haber podido dar vida escolar a tantos y tantos niños y niñas, chicas y chicos,
jóvenes... a los que hemos acompañado y guiado en el descubrimiento de sus
aprendizajes, en las lecturas y escrituras de sus pequeños textos, en el deseo por
aprender sobre lo que nos rodea y lo que forma parte de nuestra historia y de nuestras
vidas... A ellos enseñamos sus primeras letras y sus primeros números, a descubrir
fantásticos relatos, a manipular y ensuciarse con los colores, a trazar líneas rectas en
curvas, a garabatear y jugar, a ser y pensar, a compartir y comprender... A ellos
enseñamos la importancia del ver pero sobre todo del mirar, lo esencial del aprender
pero sobre todo del aprender a aprender, lo interesante de los conocimientos pero por
encima de mucho, de los valores... Con ellos educamos en la socialización y la
solidaridad, en el juego y la sonrisa compartida, en la tolerancia y el respeto, en el error
corregido y el acierto aplaudido, en la inclusión y la aceptación y el respeto de las
diferencias que nos enriquecen, en lo creado y observado... En ellos y por ellos fuimos
lo que fuimos, maestros.
José Javier Juanals Castro
Maestro jubilado
Fragmentos de “discursino homenaje a docentes jubilados” (Ayuntamiento de Plasencia)