“Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas.”
Miguel de Cervantes (1547-1616) Escritor
500 palabras para decir que no hubiera podido ser otra cosa que maestra. Que soy maestra aún. En esta vida nueva, sigo viviendo en un vaiven de enseñar y aprender.
Hablar de cómo me fue de forma general, es difícil. Fue agotador, emocinante, creativo, sorprendente…, un trabajo que me llevó a conocer la mirada de mis alumnos y a buscar siempre otras formas de llegar a ellos. Di clases en Infantil y en Primaria, de los 3 años a los 12, en más de diez colegios, de pueblo, de ciudad, de difícil desempeño, con ratios de 30,40, 60…. Tuve niños autistas, hiperactivos, difíciles, fáciles, inteligentes… Pero siempre encontré un denominador común , la necesidad de establecer una relación de calidad con mis alumnos para conseguir el aprendizaje.
Viví revoluciones pedagógicas contrarias: leer en infantil sí, leer no y vuelta a leer sí. Constructivismo, enfoque globalizador, aprendizaje significativo, cajas rojas, LOGSE, LOE, LOMCE, LOMLOE…¡estandares de aprendizaje!. Un cóctel de ideas que convertían el papeleo en un verdadero suplicio. Y lo peor de todo , viví un confinamiento siendo coordinadora TICS con el Classroom y el Google meet metidos en mi casa.
Todo lo que me sobró estos años nunca tuvo que ver con mi aula y mis alumnos.
Por último una reflexión para los maestros de hoy. Está claro que la escuela está cambiando, la sociedad está cambiando, hay dos líneas de trabajo especialmente necesarias.
Una es la introducción de las tecnologías de la información y la comunicación , que supone un esfuerzo para los compañeros, pero que será la única forma de caminar de la mano del futuro.
La otra, son los valores que necesita el mundo de hoy. Algunos están en vía de conseguirse , como los relacionados con el cuidado del planeta y otros a medio camino, como los que tienen que ver con la violencia de género o la importacia que les dan nuestros jóvenes al físico o al uso de las redes sociales.
No es la escuela un espejo para conocer el mundo. La escuela es el mundo.