“Ese precioso y necesario don del sentido común, que es el menos común de los sentidos.”
Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) Escritor español
Maestro de Escuela Unitaria
Estimadas maestras, maestros y docentes en general.
Comencé mi carrera profesional aprobando una oposición para ser maestro interino ( no podía aspirar a la plaza por carecer de puntos en lo que a la experiencia se refería ) y fui interino varios años.
Mi primer destino fue la Escuela Unitaria Mixta de Trevejo, pedanía de Villamiel, en la Sierra cacereña de Gata, bien entrado el pasado siglo XX.
Me encontré con alumnos de Preescolar, E.G.B. ( Ciclo Superior ) y la nueva Educación Primaria.
El edificio tenía sus años. A través del patio de losas de piedra se accedía a la escuela que estaba en el piso inferior junto con los servicios, la mini oficina de Correos ( en el hueco de la escalera ) y la casa del maestro en el piso superior.
Hacía mucho tiempo que en Trevejo no vivía ningún maestro por lo que al habitar la vivienda y vivir en el pueblo no pocos de los escasos vecinos se alegraron entusiasmados.
Sólo había un teléfono en el pueblo (un modelo Góndola con marcación giratoria de color rojo) en casa del señor Antonio. Estaba incomunicado. Para poder llamar tenía que ir a la cabina de Villamiel pues mi esposa ejercía la Medicina en Valencia de Alcántara. Por tanto, mis visitas a Villamiel eran frecuentes, sobre todo porque, dadas las carencias de la escuela de Trevejo, visitaba el colegio de la otra localidad y llegué a establecer una buena relación con su claustro.
Director en funciones, ..., único maestro, lector de cartas de algunos vecinos (sobre todo de publicidad engañosa de la época), corrector de las estadísticas del cartero que venía de la otra localidad ( donde también era peluquero ), taxista en ocasiones, ...
Me amoldé pronto tanto con los alumnos como con los vecinos y estableci buenas relaciones con los y las compañeros y compañeras de Villamiel.
Tuve que pedir permiso al Sr. Inspector (D. Rafael Rodríguez De La Cruz ) para que los alumnos pudieran disfrutar del recreo en la explanada que daba acceso a las peligrosas escaleras de bajada al mini patio empedrado irregularmente y a la propia escuela).
La tía Chon, alcaldesa pedánea de la histórica población de Trevejo me ayudó y hasta se preocupó de que tuviera un buen brasero de picón.
Solo tengo buenos recuerdos de aquel encantador curso donde inicié mi aprendizaje profesional, disfruté del encanto natural de Trevejo y las localidades cercanas. Conocí a numerosos maestros y maestras de poblaciones cercanas, especialmente de Villamiel y de las unitarias de Descargamaria y Robledillo de Gata.
Una vivencia inolvidable.
Doy gracias a Dios por la fortuna, pese a las dificultades, de presumir de ser maestro de la Escuela Unitaria Mixta de Trevejo.
Gratitud
Estamos aquí,
Y cómo bienvenida,
Aunque no sea el Potosí,
Diré: ¡ somos maestros de por vida !
No es la jubilación,
Sino continuar,
Una nueva lección :
Aprender aún más.
Gracias en general compañeros
Por vuestro ardor,
Por enseñarme sinceros.
Gracias compañeras
Por concederme atención
Y sapiencia primera.
Loable lección regalada
Y reacción intencionada.
Gracias por todo,
Asimilado a mi modo.
Gracias a los alumnos
Y a las alumnas
Que me enseñaron lo oportuno
Con deleite y sin pugnas.
Ya jubilado,
Como en eterno verano,
Ilusionado
Ofrezco alma y manos.
Quiero llegar a viejo
Ágil y cuerdo,
Dueño de mi pellejo
Y de mis propios recuerdos.
Gracias por la intención
Que acojo con alegría,
Por la emoción
Palpable vivida cada día.
Me tenéis
a vuestra disposición
Si puntualmente queréis
Mi aportación.
Atento estaré a la escuela
Por si estimáis necesario,
Cuando se quiera y pueda,
Aportar mi recetario.
Siempre dispuesto
A contribuir
En aquello o en esto
Que os pueda servir.
¡ Eolo me lleve
Donde sea preciso
Que el ser se mueve
completo y conciso!