“Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad.”
Julio Verne (1828-1905) Escritor francés
Los comienzos, como en cualquier profesión, a principios de los años 80 fueron duros, pero ilusionantes, tenía vocación y éramos jóvenes; aunque siempre tuve cierto resquemor por cómo después de obtener la plaza por "acceso directo", ninguna Institución Educativa (léase Dirección Provincial de Educación) tuviera a bien dirigirse a nosotros para hacernos conscientes de la importante labor que íbamos a desarrollar en nuestra CE. Con el tiempo aprendí que, desgraciadamente, la Administración es "fría", no atiende a sentimientos ni a afectos... Eres un NRP, se te adjudica una plaza, un destino y allá te las veas.
He ejercido como docente y participado de todos los cargos y puestos que existen en la Administración Educativa a saber: maestro, tutor, secretario del Centro, Jefe de Estudios, Director (por baja del titular), consejero, asesor en CPR, etc, de todos ellos aprendí y me impliqué hasta la extenuación. Sin pedir nada a cambio, siempre intentando mejorar las condiciones educativa de la Comunidad Educativa a la que servía.
La labor educativa tiene muchas vertientes, en casi todas ellas, a lo largo de todos estos años de docencia, he terminado desembocando: la propia actividad de enseñanza-aprendizaje del currículo correspondiente y todo lo que ello conlleva de múltiples actividades dentro y fuera del aula. Sobre estas últimas, numerosas actividades extra escolares relacionadas con la asignatura que impartía, las CC.SS. El conocimiento de nuestro entorno más cercano, la ciudad, las comarcas y la Comunidad Autónoma (Extremadura) fueron los objetivo que marcaron gran parte de ellas, desde el punto de vista histórico, geográfico y de naturaleza. Semanas enteras conviviendo con los alumnos en distintas propuestas de "Aulas de naturaleza" etc... Finalizábamos el curso con excursiones para visitar ciudades emblemáticas en nuestra historia: Mérida, Toledo, Sevilla, Madrid...
En fin, un montón de buenos recuerdos han jalonado mi vida como docente. Al hilo de todos ellos he ido reflexionando sobre la práctica educativa que en honor a la verdad, sin duda, fue mejorando en todos los aspectos, tanto personales como materiales e infraestructuras. Poco tienen que ver los medios con los que contábamos cuando comencé allá por el año 1982, con los de hoy, a pesar de los últimos recortes en Educación, el incremento de las ratios o el aumento de horas lectivas; las sucesivas Reformas Educativas que tanto han enturbiado el ambiente escolar y la desorientación de padres, alumnos y profesores. Por contra, todo el desarrollo de las TIC con su equipamiento de recursos informáticos, plataformas como RAYUELA, etc, han dado un gran impulso a la educación en nuestra región.
No podría concluir sin aludir a la implicación y responsabilidad de los padres en el proceso educativo, para mí quizá el elemento fundamental junto a profesores y alumnos. Si utilizáramos como símil de la Educación una mesa, diría que si ésta tuviera cuatro patas, apoyos o pilares en que sustentarse, tres de ellos serían los ya aludidos (alumnos, padres y profesores), la administración educativa sería el cuarto pilar (pata) y el tablero representaría nuestro Sistema Educativo, definido en las sucesivas reformas ya mencionadas. El lugar donde se ubicara la mesa sería finalmente el contexto socio-educativo. Ya sabemos la importancia de este último factor en el desarrollo del proceso educativo.
Me siento muy orgulloso de haber dedicado gran parte de mi vida a este noble oficio. Me he sentido querido por gran parte de las Comunidades Educativas a las que he servido y esto incluye a compañeros, padres y mis queridos alumnos. Un abrazo para todos ellos.