“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.”
Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) Misionera
La enseñanza ha sido mi vida,soy maestra por vocación ,ya desde pequeña quise serlo y a los 19 años ya lo era.
He ejercido siempre en Extremadura concretamente en la provincia de Badajoz y he sido muy feliz haciéndolo.
La educación ha cambiado mucho desde que yo empecé hasta ahora, no solo en cuanto a los planes de estudio sino también en cuanto a edificios y medios materiales con los que contábamos para realizar nuestra labor, yo estuve dando clases en un despacho del antiguo Ayuntamiento de Rivera del Fresno donde estuve destinada un curso y en cuanto a la calefacción al principio teníamos un brasero para el maestro y después estufas de leña que nos encendían operarios del Ayuntamiento de Torremejía, donde estuve destinada 10 años, y que había que recebar a media mañana, pero si se nos olvidaba se apagaban y si echábamos un leño verde empezaba a salir humo y teníamos que salirnos todos al patio porque dentro no se podía respirar ni dar clase.
En cuanto a la ratio era muy superior a la actual, yo llegué a tener 39 alumnos de de séptimo de E.G.B. en el aula, ahora que se trabajaba bien por el respeto que nos tenían los alumnos y sobre todo sus padres.
También recuerdo con mucho cariño las actividades extraescolares que hacíamos en aquella época,como la Semana de Extremadura en la Escuela en la que decorábamos el colegio entero con motivos extremeños,las madres traían comidas típicas extremeñas para ser degustadas por todos y el último día salíamos todos al patio vestidos con los trajes regionales a bailar diversas danzas del folclore extremeño y a cantar el himno de Extremadura.
También recuerdo las fiestas que hacíamos, por Navidad: el Belén viviente y las migas con los alumnos de octavo de E.G.B. las fiestas de fin de curso en las que participaban todos los alumnos y las excursiones porque los primeros años de mi carrera había niños que no habían salido nunca de su pueblo ni habían visto el mar y era una gozada verlos con esos ojillos asombrados al contemplarlo por primera vez.
En cuanto a los recursos materiales para dar clase solo teníamos el encerado la tiza y el borrador aunque en un colegio de Almendralejo había un laboratorio muy bien dotado pero cuando le pedí permiso a la directora para llevar allí a mis alumnas (era un colegio solo de niñas) me dijo que no porque se podían romper las cosas que allí había.
Por supuesto los alumnos no tenían ordenadores ni tablets ni pizarras electrónicas que pudieran utilizar en las aulas, nosotros no disponíamos en los centros de fotocopiadoras, pero todo eso lo suplíamos con nuestro entusiasmo e ilusión de que nuestro alumnos aprendieran cada día más y mejor.
Me jubilé a finales de 2014 en el .I.E.S. Sáenz de Buruaga de Mérida y por lo tanto he podido ver cómo los alumnos disfrutan hoy día de todas esas cosas así como de gimnasios dentro de los centros educativos, me alegro mucho de haberlos podido utilizar también yo.
Creo que habrá habido muchas cosas que se me habrán quedado en el tintero pero es normal que haya sucedido eso en una carrera de más de 40 años. Solo os digo que todos los que estamos aquí hemos ejercido una de las profesiones mas bonitas del mundo.
Un saludo,