“Y es que en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el cristal con que se mira.”
Ramón de Campoamor (1817-1901) Poeta español
Casi toda mi vida profesional ha transcurrido en la Escuela Oficial de Idiomas de Cáceres. Este centro educativo ha significado todo para mí, y forma parte de lo que he sido como docente y lo que soy y seré como persona.
Cada centro, cada institución conforma su identidad en función de las personas que lo componen. Por eso me siento privilegiada y agradecida por haber podido desarrollar una vida profesional plena, acompañada por docentes que, además de contar con la mejor capacitación para la enseñanza, han sido un constante apoyo a lo largo de los distintos cursos.
La EOI de Cáceres es un centro educativo complejo, rico, plural y diverso; referente de la Enseñanza de calidad de idiomas, que prioriza al alumnado y satisface sus demandas de formación conforme a los estándares y niveles del Marco Común Europeo de Referencia para el Aprendizaje, la Enseñanza y la Evaluación de Lenguas, desde el más básico A1 hasta el nivel maestría de C2.
A lo largo de los diferentes cursos académicos, ha sido necesario estar a la altura de lo que los cambios demandaban para poder adaptarnos a las diferentes normativas que han ido modificando nuestras enseñanzas. Al comienzo de mi vida profesional, su estructura era de cinco cursos, divididos en dos Ciclos: Elemental y Superior. Desde aquella organización curricular hasta llegar a la aplicación del MCER, en la que tenemos tres niveles (Básico, Intermedio y Avanzado) con una duración total de 9 años y una nueva actividad de lengua de Mediación lingüística, ha sido imprescindible la formación continua.
En mi caso, además de ser profesora, he asumido diferentes responsabilidades en la EOI de Cáceres; entre otras la Coordinación de Nivel, la Jefatura de Departamento, la Jefatura de Estudios y la Dirección. En todo momento, he podido llevar a cabo las tareas necesarias gracias al trabajo en equipo y a la colaboración constante de magníficas personas.
El trabajo desempeñado en este Centro con seis Departamentos, cinco Aulas Adscritas, tres Modalidades de Enseñanza y un número de alumnado cercano a las 3000 personas ha sido intenso. Hemos atravesado circunstancias académicas, sanitarias, familiares y sociales sin precedentes. Todas las personas que formamos parte de la EOI de Cáceres hemos trabajado aunando esfuerzos, conscientes de que más que nunca la coordinación era necesaria para avanzar con determinación y eficacia, y en la misma dirección.
Además de nuestras tareas académicas propias de enseñanza directa en el aula, el Personal Docente hemos realizado esfuerzos por mejorar nuestra formación continua, hemos preparado y planificado nuestras clases con responsabilidad, hemos atendido a nuestro alumnado siempre que ha sido necesario, hemos asistido a reuniones de coordinación, hemos corregido constantemente tareas de las cinco actividades de lengua a lo largo del curso, hemos elaborado y compartido material didáctico, hemos participado en diferentes Programas, Planes y Proyectos, hemos aplicado la nueva y extensa Normativa que desde enero de 2019 se ha ido publicando a nivel nacional y regional, hemos atravesado una pandemia en la que hemos demostrado nuestra capacidad de adaptación a una nueva Modalidad de enseñanza telemática y, en definitiva, no hemos escatimado esfuerzos por procurar la máxima calidad de la enseñanza en nuestro Centro.
También hemos compartido entrañables y divertidos momentos en congresos, viajes, excursiones, actividades del Día del Centro y comidas de convivencia que daban inicio a los períodos de vacaciones.
Por todo ello, después de mi vida profesional, el principal y sincero sentimiento que más valoro es el agradecimiento.
Debo mi agradecimiento más profundo a cada uno de mis compañeros y compañeras que a lo largo de estos cursos han dado lo mejor de sí mismos y de sí mismas, y además con la mejor actitud y generosidad posible: personal Docente, de Secretaría, de Limpieza, Ordenanzas, y Equipo Directivo.
En nuestra sana relación personal y profesional han destacado la sinceridad, el respeto, la concordia, la tolerancia y la cooperación, entre muchas otras virtudes.
Finalmente, doy también las gracias a mi querido alumnado que, curso tras curso, ha sabido perdonar mis fallos y ha compartido horas de su vida disfrutando el placer de aprender y la grata recompensa del esfuerzo.
Deseo a todas y todos mucha felicidad en esta nueva e ilusionante etapa en nuestras vidas.
Pilar Mayoral Valsera
Profesora y directora jubilada