“Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.”
Leonardo Da Vinci (1452-1519) Pintor, escultor e inventor italiano.
Con fecha 9 de enero de 1980, una vez cumplida “la mili” obligatoria, recibo la notificación de que me tengo que incorporar a mi primer destino como Profesor de EGB a Villar de Plasencia. Una Escuela Unitaria de tres aulas en la que tengo que impartir todo el currículo de los cursos 6º, 7º y 8º de EGB. Empieza una aventura extraordinaria.
Cursos 81-82-83 en Majadas de Tiétar (tomo contacto con la Educación de Adultos, lo que determinaría mi futuro educativo), con mucha actividad e implicación educativa y cambios en mi vida personal (conozco a la que es mi mujer). Se inaugura colegio nuevo. Vuelta a Villar (83-84). Son años de mucho contacto con la población y de integración en sus realidades.
En 1983 surge una nueva inquietud. Despierta en mí la curiosidad por la informática, que está dando sus primeros pasos. Me apasiono y empiezo a crear y utilizar programas en la formación de los alumnos (ahorcado, navegación, dianas, geografía, sopas de letras, … casi siempre relacionados con pueblos y comarcas extremeñas.
Paso por el Colegio San Miguel en Plasencia(84-85)…. Sigo con mi “pasión” informática y a instancias del Inspector, Sr. Herrera, imparto varios cursos de formación sobre la nueva herramienta (ordenador) y su aplicación educativa. Ese año marcará el resto de mi trayectoria profesional.
En 1985 me incorporo a la Educación de Adultos, consiguiendo el Destino Definitivo en 1987 en el CEPA de Navalmoral de la Mata y salvo dos cursos de Asesor en el CPR de Navalmoral de la Mata, mi vida profesional transcurre en E. Adultos hasta mi jubilación. Aquí fueron unos años de mucho trabajo, formación, experimentación y desarrollo de las Nuevas Tecnologías. Fue el primer aula de Informática en un CEPA. Pocos espacios y gran afluencia de alumnos/as inquietos por la necesidad de la obtención de un Título de Graduado Escolar y por la cada vez más presencia de las nuevas tecnologías en la sociedad, lo que suponía un mayor reciclaje y actualización de currículo.
Mis últimos años transcurren en el CEPA de Talayuela, dónde el contacto con un grupo de personas de avanzada edad, sobre todo mujeres, dan otra visión de la realidad educativa como complemento relacional y de atención a necesidades más afectivas, que conllevan ese afán de superación e ilusión por el conocimiento más allá de su reducido mundo vivencial.
Mi agradecimiento a los compañeros/as especiales, a responsables educativos y de otras instituciones, a los alumnos y alumnas, … que me he encontrado en el camino, por con su colaboración, apoyo y ayuda.
Debo reconocer que no me imagino mi vida en otra actividad fuera del mundo educativo, al cual dediqué mis mejores momentos y vivencias, siempre desde la ilusión por “aprender”, compartir, gestionar y transmitir los conocimientos y las experiencias adaptándolos y actualizándolos a los cambios y al devenir de los tiempos.
Fue todo un gran placer.