“La gota horada la roca, no por su fuerza sino por su constancia.”
Ovidio (43 AC-17) Poeta latino
Me siento un privilegiado y con suerte, pues he ejercido prácticamente en todos los niveles y especialidades de la enseñanza no universitaria: Infantil, Primaria (Educación Especial, Compensatoria, Escuela Unitaria y C.R.A), Secundaria, Bachillerato; y mis últimos años en CEPAS (Educación de Adulto), impartiendo las tres modalidades de enseñanza: Presencial, Semipresencial y Distancia (Avanza).
El alumnado ha sido muy heterogéneo, tanto en edad -desde los 4 años a los 58-, como en situaciones personales y, por ende, motivaciones e intereses. Esta heterogeneidad era simultánea en espacio y tiempo: Unitaria, CRA y Adultos.
Indudablemente, todo este recorrido ha supuesto un gran enriquecimiento profesional y personal.
Era el año 1990, en la Escuela Unitaria en la que ejercía, a la entrada del aula, en la puerta, puse una cartulina en la que escribí este proverbio: " dame un pez y comeré un día, enséñame a pescar y comeré toda la vida". Este proverbio sintetiza bien la filosofía metodológica de enseñanza-aprendizaje que quería aplicar en mi tarea docente.
Con el paso del tiempo incorporé, a este proverbio, un vocablo, de cosecha propia, que entiendo clave en la Educación: pensar. Así que, el proverbio quedó: "dame un pez y comeré un día, enséñame a pescar ( pensar ) y comeré toda la vida".
Este proverbio, junto con la mayéutica de Sócrates, ha sido mi guía, faro y norte en la tarea docente.
En mi última etapa, la palabra pensar ha constituido la clave de mi labor docente. El pensar, el pensamiento, su cultivo y desarrollo nos creará estructuras de pensamientos. Estructuras mentales, que nos posibilitarán hacer frente a la resolución de situaciones o problemas, no sólo de índole académico o conceptual, sino de cualquier otra naturaleza, de orden: psicológico, social, económico, laboral, emocional, doméstico…
Con esta capacidad de pensamiento y creación de estructuras mentales haremos espíritus más críticos, autónomos, justos, democráticos y libres, entendiendo que con ello serán, también, más felices.
Es importante no olvidar, la parte emocional que equilibre y regule las actuaciones a desarrollar y aplicar por estas estructuras mentales. Hemos de cultivar lo emocional y el componente ético, éste fundamental, con lo que estas estructuras de pensamiento, este pensar, tendrá una dimensión integral.
Así que, estos tres pilares: racional-intelectual, emocional y ético dan soporte y constituyen la base de una buena formación integral, con personas íntegras.
Ya Descartes dijo: “Je pense, donc je suis” ,“ cogito ergo sum” (yo pienso, luego existo).
Por el contrario, quien no piensa, o permite que otros piensen por él, más que vivir, vegeta; y corre el riesgo de que lo manipulen y usen como marioneta.
Por ello, contribuyamos a que nuestro alumnado sean personas pensantes.
Esfuerzo, perseverancia y confianza; confianza en uno mismo (creer) y en quien te ayuda (el profesorado) serán, asimismo, actitudes necesarias para llevar a feliz término nuestro objetivo: la formación de personas, como he dicho, con criterios propios, autónomas, responsables, justas, solidarias, democráticas y libres, y por tanto, entiendo que, más felices.
Así, nuestra labor docente habrá alcanzado su más alto, noble y digno objetivo.