“Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.”
Confucio (551-479 a. C.) Pensador chino
Cuarenta y dos años han pasado desde que comencé a trabajar como profesora en la entonces Escuela Sindical de Formación Profesional San José de mi localidad, Villanueva de la Serena. Es un regalo para mí el rememorar de nuevo aquellos tiempos pasados que tan diferentes son a los de ahora y que a continuación me dispongo a exponer.
Me incorporé en octubre de 1975, recién terminado el Peritaje Mercantil. Tenía entonces 21 años. En dicha fecha se instauró el Primer Grado de Formación Profesional de Administrativo. Entonces estaban implantados sólo los estudios de Electricidad y Automoción. Con nosotros, la Escuela cambió su personalidad puesto que ya no era sólo un centro de chicos, aparecieron las alumnas. La convivencia entre profesores y alumnos era intensa no sólo por el reducido número de alumnos y profesores, sino también por el número de horas que impartíamos. Las clases se desarrollaban en mañana y tarde. El centro estaba dotado además, de un magnífico comedor y la mayoría disfrutaba de los menús que en él se servían.
Con el paso del tiempo dejamos de perteneceer a la Organización Sindical para depender de Presidencia del Gobierno, Ministerio de Trabajo y por fin, quiero recordar que en 1985, Educación y Ciencia tuvo a bien incluirnos en su Ministerio. Fue entonces cuando se convocaron para nosotros las tan deseadas oposiciones que la mayoría aprobamos.
Empezaron los cambios. Ya fuimos Instituto de Formación Profesional. Las clases se impartieron en jornada contínua, desapareció el comedor y los cobros de los salarios los recibíamos a través de entidades bancarias. Hasta entonces, cobrábamos en efectivo el día último de mes, de la mano del Secretario del Centro, el Sr. Arcos Carmona.
Durante todo ese tiempo he impartido distintas asignaturas, ahora módulos. Comencé con Mecanografía con la que organizamos distintas exposiciones de arte mecanográfico, a nivel local. Gestión Administrativa de Compraventa, colaborando durante varios años consecutivos con el Gabinete de Iniciativa Joven de la Junta de Extremadura en los proyectos de Jóvenes Emprendedores. Comunicación empresarial, participando con el Periódico Regional HOY en el concurso de confección de periódicos. Recursos Humanos revisando, cuando en el tema del módulo se impartía, contratos laborales, recibos salariales, despidos, extinciones de contratos de familiares y amigos del alumnado; y por último, la Formación de Centros de Trabajo, participando en los Proyectos Leonardo Da vinci en Frehen (Alemania) Cosenza y Rende en Calabria (Italia). Gran parte de nuestros alumnos y gracias a la FCT, forman parte de la plantilla de trabajadores en las empresas donde realizaron sus prácticas. Guardo un gran cariño y grato recuerdo de todas las empresas y representantes legales de las mismas con las que teníamos firmados los convenios de colaboración.
Confieso que en los primeros años y al tener horas libres, impartí de forma voluntaria clases de taquigrafía y estenotipia no sólo a los alumnos de Administrativo, sino también a algunos alumnos de automococión y electricidad que así me lo pidieron.
Guardo listas de clase, poesías, postales y fotografías de muchos de los grupos de alumnos que he tenido a los que he querido y sigo queriendo. Ellos, al igual que los distintos claustros de profesores que existieron durante mi vida en el Instituto, han formado una parte importante de mi vida y tengo la gran suerte de que continúo encontrándomelos en la calle, o en sus puestos de trabajo en bancos, inmobiliarias, tiendas, almacenes y grandes superficies. Y gracias a las redes sociales me informan, sobre todo las últimas promociones, de sus futuras bodas, nacimientos de hijos y un largo etcétera.
Por último y como aún no soy capaz de romper el cordón umbilical que me sigue uniendo al Instituto, sigo colaborando en la organización de la graduación de los chicos.