“Saber mucho no es lo mismo que ser inteligente. La inteligencia no es sólo información, sino también juicio, la manera en que se recoge y maneja la información.”
Carl Sagan (1934-1996) Astrónomo y escritor estadounidense
Año 1986, por fin apruebo las oposiciones!!!. Había terminado la carrera en 1977 pero debido a dolorosos motivos familiares no pude presentarme a las oposiciones hasta dos años después.
Por esas fechas los exámenes se hacían únicamente en Madrid y optabas a plazas distribuidas por todo el territorio nacional (territorio MEC) y desde que comencé a presentarme hasta que conseguí aprobar las oposiciones las plazas disponibles iban disminuyendo año tras año (un año sólo hubo dos plazas de mi especialidad). Así que se fue poniendo complicado, pero en ningún momento dejé de intentarlo.
Mientras tanto hice trabajos “de estómago”: cuidando niños y ancianos, dando clases particulares...para poder sufragarme los gastos, hasta que en 1986 lo conseguí ( la tenacidad y la perseverancia son muy importantes para mí).
El primer destino (provisional) que me proporcionó el Ministerio de Educación y Ciencia fue en Toledo capital (IES Azarquiel), dónde estuve tres cursos. Después continué en Toledo pero en otro instituto ( IES Juanelo Turriano) durante otros tres cursos.
Al cabo de esos años llegó, finalmente, el destino definitivo: Trujillo (IES Turgalium) dónde sólo estuve dos cursos pues, a pesar de ser mi destino definitivo, las presiones familiares hicieron que volviese a presentarme al concurso de traslados (con ningún deseo por mi parte de que me dieran otra plaza pues estaba muy bien allí) y el Destino quiso que el Ministerio me llevara a Nava de la Asunción (tierra de pinares en la provincia de Segovia- la ciudad de mi nacimiento-) al IES Jaime Gil de Biedma. En este instituto permanecí seis cursos.
De nuevo, al cabo de ese tiempo, volví a presentarme al concurso de traslados (en esta ocasión por exigencias sentimentales) y el Ministerio me adjudicó el IES Bioclimático de Badajoz dónde he ejercido la docencia durante casi veinte años y he alcanzado el término de mi vida profesional.
En todos los Institutos en los que he tenido el honor de ser profesora, ha habido grandes momentos inolvidables y otros (los menos) de frustración al comprobar que no conseguía llegar a algunos alumnos; pero esos momentos negativos conseguí convertirlos en positivos ya que me ayudaron a rectificar mi metodología y estrategia adaptándolas a las exigencias y conseguir captar la atención y provocar la motivación de aquellos alumnos.
Desde el comienzo de mi profesión se han producido muchos cambios: en las leyes, en los medios disponibles para facilitar nuestro trabajo, la introducción de las nuevas tecnologías... Los docentes hemos tenido que ir adaptándonos a las novedades.
Durante estos años de docencia he intentado transmitir y compartir mis conocimientos y experiencias con los alumnos para conseguir, sobre todo, avivar su interés y curiosidad por las materias que he impartido, además de la honestidad, el respeto y el entusiasmo en el trabajo, valores que me habían enseñado mis padres y abuelos (algunos de ellos también docentes).
Para terminar, tengo que reconocer que soy una privilegiada pues he desarrollado la profesión que siempre deseé y por la que tanto luché. Me lo ha dado todo, me ha moldeado como persona: he compartido mis conocimientos con mis alumnos y de ELLOS también he aprendido. Por todo elsto, me siento agradecida. Inmaglezmartín