“Si te parece que sabes mucho y entiendes mucho, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras.”
Thomas De Kempis (1380-1471) Fraile alemán
Soy Pepe Calvarro. Probablemente a alguien le suene mi nombre.
Quiero comenzar por el final, para que lo importante no se me quede en el tintero. Tras casi cuarenta años en la enseñanza debo reconocer que no he tenido tiempo para aburrirme, que me he sentido mimado por el destino y que me he jubilado para dar paso a las nuevas generaciones de docentes.
Formo parte de la primera promoción de Filología Románica (Francés e Italiano) de la Universidad de Extremadura. Comencé a trabajar en el momento que terminé la Licenciatura y desde entonces mi vida ha sido una montaña rusa. He trabajado en mil sitios, en mil puestos diferentes y con mil funciones distintas. Ha sido emocionante y muy gratificante. A lo largo de esta singladura he conocido y apreciado a miles de compañeros y compañeras y de alumnos y alumnas. Y lo que es más, me he sentido apreciado por todos ellos.
Mi primer curso como profesor de Francés en Miajadas será inolvidable para mi. Todo el claustro éramos una auténtica familia, y las relaciones con el alumnado, sus familias y la gente del pueblo en general eran muy cordiales.
El curso siguiente, en lugar de marchar a un lectorado en Italia me fui a hacer la mili en Galicia. Y me matriculé en la Escuela de Idiomas en Inglés y Gallego, lo que me ayudó a sobrellevar la situación.
De vuelta de Galicia, tras algunas dificultades, me incorporé en el Colegio Libre Adoptado de Montánchez y durante dos años fui un vecino más del pueblo, con todo lo que eso significa. En el verano del 82 un grupo de compañeros y compañeras decidimos aprobar la oposición y pedir Canarias para realizar el periodo de prácticas. Así, el curso siguiente me incorporé al Instituto de Icod de los Vinos, en el norte de Tenerife. Encontré un apartamento en Playa de San Marcos, una pedanía de Icod, y me pusieron horario nocturno. Además las relaciones con todos los compañeros y compañeras, tanto canarios como peninsulares, fueron muy entrañables. Fue lo más parecido a un año de vacaciones, pero trabajando.
Regresé a Extremadura para permanecer 8 años en expectativa de destino: Coria, Trujillo, Alcántara... En Coria, aparte del fantástico horario (8,30 a 11,30 y 18,30 a 22,30, con Francés, Latín, Historia) disfruté de mi primera experiencia de intercambio de alumnos con el Lycée d'Enseignement Secondaire de Langeais, en el valle del Loira. Fue una revelación. Los alumnos perdieron el miedo a hablar y mejoraron mucho su autoconfianza. Repetí la experiencia en otros institutos con resultados comparables, lo que probaría la bondad del sistema, que luego evolucionaría a los proyectos Erasmus, Grundtvig, ... que han jalonado la experiencia educativa europea en los últimos años.
En el año 87/88 viví otra experiencia capital en mi vida. Estaba cursando Filología Anglo-Germánica en la Universidad de Extremadura y conseguí una Licencia de Trabajo por Estudios. Me pasé el año en Edinbourgh. Sólo me pagaban las retribuciones básicas y la matrícula en la Universidad era muy cara. Así que me matriculé en un curso de Inglés para extranjeros en el Stevenson College for Further Education. Como mis compañeros eran sobre todo españoles, franceses e italianos practicamos mucho las tres lenguas. Además del inglés, pues al final todos conseguimos el Proficiency por la Universidad de Cambridge. Volver a ser solo estudiante durante todo el año fue un punto.
De vuelta a Cáceres trabajé en el Instituto Norba Caesarina y terminé la licenciatura en la Universidad. Y al año siguiente obtuve mi primer destino definitivo en Muros de S. Pedro (la Coruña).
Cambiar la dehesa por el mar tenía su interés, y las relaciones con los compañeros también fueron muy gratificantes. Pero, como mi mujer no consiguió trabajo allí, solicité traslado en la primera ocasión y obtuve destino en Miajadas. Sin embargo, no me incorporé, pues había aceptado la propuesta de trabajar como liberado sindical en CCOO. Esta nueva faceta de la educación se reveló como un reto personal muy enriquecedor. El contacto directo con gran parte de los docentes de la provincia, a través de innúmeras asambleas en todos los centros me permitió conformar una idea bastante nítida sobre las inquietudes y problemas del colectivo y elaborar propuestas para defenderlas en las mesas de negociación o, en su defecto, en las plataformas reivindicativas. Sacando tiempo de donde no lo había, me preparé las oposiciones para obtener la especialidad de inglés. Y en el año 95 me correspondió la plaza de inglés del CEPA Cáceres. Como mi compromiso con el sindicato era de 6 años, me incorporé al centro en el curso 96/97.
Esto supuso un nuevo virage de 90 grados en mi devenir por el mundo de la enseñanza. La Educación de Adultos era un Universo complejo y muy diferente de lo que había conocido hasta entonces: materias formales, no-formales, presencia, semipresencia, avanza, Centro, Aulas, PALVs y Ayuntamientos, ... y para coordinar todo esto los compañeros de la Unidad de Programas. En resumen, miles de piezas, milagrosamente ensambladas que hacían que la máquina funcionase. El resultado eran varios miles de alumnos y más de doscientos títulos de Graduado en Secundaria todos los años, sin contar la satisfacción de los alumnos que cursaban materias no-formales. Gran parte del mérito hay que atribuirlo a las magníficas personas que constituían este mecanismo, y que nunca trabajaban a reglamento, siempre hacían lo que creían necesario aunque en teoría no fuese su responsabilidad. Todos formábamos una gran familia y el aprecio era compartido.
Como la Secundaria estaba recién introducida en los Centros de Adultos de Extremadura, tuvimos que participar en la elaboración de los materiales que tendrían que utilizar los alumnos. Asimismo contribuímos en la elaboración de las pruebas libres que se convocan cada año para la obtención del título de Secundaria y en los tribunales que las califican. Todo esto nos ha permitido sumergirnos en el universo de la Educación de Adultos en la provincia.
Sin embargo no todo han sido rosas. En un momento de cambio político cambiaron a todo el personal de la UPE y redujeron el número y retrasaron varios meses la resolución de los Programas de Aprendizaje a lo Largo de la Vida (PALV), por lo que los maestros no podían ser contratados a tiempo y los alumnos perdían un cuatrimestre y la confianza en el sistema. Los 3.000 alumnos que se matriculaban cada año en semipresencia se redujeron a menos de la mitad en pocos años. Y la apuesta por las plataformas digitales excluyendo poco a poco la alternativa presencial representada por los PALV se está revelando excesiva para unos alumnos que carecen de las herramientas que les permitirían aprovechar las indudables ventajas que ofrece el mundo digital.
En otro orden de cosas, en un momento dado asistí a un seminario de contacto de Programas Europeos en Malta y desde entonces el CEPA ha participado en ellos durante años. Nuestro primer proyecto estaba integrado por 10 centros de toda Europa, desde Portugal hasta Turquía y desde Gran Bretaña hasta Malta. Durante años hemos trabajado con ilusión elaborando proyectos y desarrollando y difundiendo buenas practicas, nuestras y de los centros con los que trabajábamos, para contribuir al perfeccionamiento de la práctica docente y al crecimiento de los alumnos. Creo honestamente que esta proyección europea ha supuesto un gran plus para el profesorado, para los alumnos, para el centro y para la enseñanza extremeña en general.
Acabaré diciendo, tras todos estos años y todas estas experiencias y todas las personas que se cruzaron en mi camino para hacerme mejor, que ojalá todos pudiesen sentirse tan felices como yo me he sentido en la escuela.