“Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él”
Immanuel Kant
LA EXPERIENCIA EN LA ESCUELA DE VISI GARRIDO: DE LA IMPRENTA FREINET AL AULA DEL FUTURO
Corrían los primeros años de la década de los 80, cuando inicié la andadura en mi carrera profesional. ¡Qué ilusión la de ser maestra…! Mis primeros destinos: C.P. “PEDRO DE VALDIVIA” de Castuera, “JUAN XXIII” de Zafra, “ARIAS MONTANO” de Fregenal de la Sierra, “MONTERO DE ESPINOSA” de Almendralejo…
Las ratios eran mucho más altas que las actuales. En Fregenal fui tutora de 45 niños de 5 años… ¡Qué locura! Cuando me visitó el inspector, D. Juan Chamorro, me dijo sonriendo: “Hija, haz lo que puedas”; pero la mayoría de aquellos niños se iniciaron en la lectoescritura (entonces les aplicábamos el Test de Lourenzo Filho para verificar la madurez en dichas técnicas instrumentales). Los maestros hacíamos las fichas en la imprenta Freinet, cuya fórmula era: 600 gramos glicerina, 120 gramos de cola de pescado, 180 gramos agua, 180 gramos de azúcar refinada; o bien, realizábamos el cliché para sacar las copias en aquellas multicopistas tan inmensas y ruidosas.
La formación del profesorado la hacíamos en los Ceires. Yo asistí a uno que se celebró en Jerez de los Caballeros, durante un fin de semana, en el año 1984.
Una experiencia muy grata fue el trabajar en el programa de Compensatoria durante 7 años, primeramente, llamados CRySA (Centro de Recursos y Servicios de Apoyo) y después CARs (Centro de Apoyo y Recursos), cuyo objetivo era el apoyo a los centros incompletos antes de constituirse los CRAs (Centros Rurales Agrupados). Fueron años de corretear los pueblos pequeños, en mi caso los de los alrededores de Zafra, con nuestros coches cargados de maletas itinerantes llenas de libros de lectura, materiales para organizar Semanas de las Ciencias, del Libro… impartir aquellas especialidades en las que se nos requerían (música, francés…), finalizando cada año con un gran Cross celebrado en Zafra y para el que los niños de los centros incompletos se preparaban a conciencia.
En 1994, con la desaparición de los CARs, mi destino fue mi querido colegio “MANUEL JESÚS ROMERO MUÑOZ” de Los Santos de Maimona, mi pueblo, en el que he estado 27 años, feliz por ver cómo mis hijos crecían y aprendían allí y por incorporar todos los proyectos de innovación educativa que podíamos: Jardín Botánico, Biblioteca Escolar, Radio Escolar, Robótica, Aula del Futuro…
En 2020/21, año de pandemia, finalizo mi carrera profesional encantada como tutora de 12 niños de 5º EP, después de haber estado en dicho centro 20 años en equipo directivo, 9 como directora y 11 como secretaria, con la satisfacción de que, por acuerdo de la comunidad educativa, la Biblioteca Escolar lleva hoy mi nombre.
El tan esperado pacto de Educación no hemos conseguido tenerlo; pero, por muchas leyes de Educación que hemos pasado (LOECE, 1980; LODE, 1985; LOGSE, 1990; LOPEG, 1995; LOCE, 2002; LOE, 2006; LOMCE 2013 y LOMLOE 2020) estoy convencida que el magisterio es una carrera vocacional y los buenos maestros que he conocido no dependían de la ley que regía el sistema educativo, sino de su vocación, entrega y amor a sus alumnos.